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Noach 5780

September 27, 2020

Rabbi Geier

Español

BS"D || Rabbi Geier


Noach 5780


Quién es Nóaj?


Sabemos que era un hombre simple, si.


Sabemos lo de que era un hombre justo en SU generación, y que seguramente en otra no lo hubieses sido, según algunos comentaristas. Rashi asegura que para ser justo en una generación de corruptos como lo era aquella, debió ser REALMENTE justo.


Sabemos que fue una persona que en los 120 años que duró la construcción del arca, no se le conoce una sola ocasión en que se haya acercado a sus congéneres a intentar que corrigieran su actitud por la cual el Creador los iba a destruir.


Hay mucho que no se nos cuenta de Nóaj y no sabemos.


Cuando vemos escenas del Arca pintadas en cuadros o esculturas o dibujos, solemos ver caras felices de humanos y animales que conviven en una aventura de camaradería casi increíble. O realmente increíble.


El pensar que la vida en el Arca tenia algo de placentero es claramente un error. Aún si los animales hubiesen estado en un estado especialmente creado para la ocasión, el solo hecho de mezclar aromas, heces, comidas, etc., etc., hace da la aventura una situación alejadísima de cualquier navegación placentera imaginable.


Si le sumamos el hecho de las diferencias en los hábitos de los diferentes animales, podríamos inferir que Nóaj y su familia durmieron bien poco, y la pasaron bien mal.


Por qué debía ser de esta manera? Por qué no premiar al ish tzadik bedorotav (hombre justo de su generación) con una supervivencia más acorde al título que le otorgaron?


Consideremos que el Arca en sí no era un barco de placer, con ventanales para observar el cielo y los atardeceres, ni el fondo vidriado para apreciar la fauna marina. De hecho, era una especie de tubo cerrado que según el texto tenía una especie de claraboya (Tzohar) por la cual entraba algo de luz.


Rashi interpreta la palabra Tzohar como una piedra preciosa. Sería algo así como un prisma precioso que multiplicaba la luz dentro del Arca, si queremos verlo con buenos ojos. Pero hay quienes interpretan que lo que hacia era no permitir que la luz entrara al interior en su totalidad.


Nóaj era polémico en su actitud para con su entorno, y siempre lo fue. Nóaj se encerró en su misión protegido por su propio Tzohar, sin dejar que la bendición que el y su familia recibirían se desparramara hacia otros. Encerrado en su familia, ni siquiera cuestionó ni le planteó al Creador la posibilidad de sumar gente a la salvación.


Ésta podría ser la razón de que la aventura que les tocó vivir no fuera placentera. Había mucho para aprender de entrega hacia los demás seres del Arca, del cuidado hacia aquellos que necesitaban de cada uno de ellos, de percibir que de lo que dejaba pasar el tzohar era real o tergiversado de lo que el entorno les brindaba. Nóaj y su familia debían abrir los ojos al mundo.


Podemos encerrarnos en nuestros castillos de bienestar y nuestros cruceros de abundancia. Podemos hacernos insensibles a quienes necesitan que participemos de alguna manera para lograr un bien común a todos. Podemos conformarnos con lo que los diferentes prismas nos permiten ver de la realidad que nos rodean, dejándonos engañar con falsas imágenes de poder, influencias y banalidades.


O podemos despertarnos y apoyarnos unos a los otros para lograr lo que debe ser el bien de todos con un futuro más cierto, con más gente involucrada, más gente sosteniéndose unos a los otros y con lazos fortalecidos.


Tu eliges si encerrarte en tu Arca o disfrutar del mundo exterior con todo lo bueno y todo lo malo que nos brinda.

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